La Roxxx

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Es una mujer de necesidad de calor humano que reprime sus lésbicos deseos, para ella todo es una aventura y vive la vida probando de todo, como debe de ser. Aún recuerdo que daba una clase llamada Orientación y Tutoría, la cual su objetivo era guiarnos, el caso es que lejos de suceder eso, era como una terapia-monologo donde ella contaba un sinfín de anécdotas en las que la mayoría habían atemorizado su ser o habían tocado fondo de manera muy rara en su vida. Gustaba a veces, de dejar un tema de exposición, dado que en fuere cual fuere el tema, siempre contaba una historia en alusión a este, teniendo una vivencia. Aquéllas épocas de mi adolescencia todo era súper fácil y aquello invitaba a que la vida tendría muchas sorpresas y aventuras para todos los que escuchábamos cualquiera de sus relatos. Célebre la Roxxx como varios la apodaban por haber sido encontrada en su oficina ( ella era la psicóloga de la escuela) masturbándose con su desororante, ese era su caso más conocido. Muchas veces inspiraba risa al ver como aquella desorientada mujer, no tenía idea de lo que hacía, ni el rumbo que llevaba su vida, como la vez que contó que tenía un buen empleo y por conseguir otro mejor, que aún no era seguro, renunció al primero, quedándose al final con una mano por delante y otra por detrás. Otra de sus anécdotas más conocidas fue la de su experiencia lésbica con su amiga, explayando a detalle lo que había ocurrido aquella noche de copas, haciendo suscitar que sólo había sido por probar y que jamás lo volvería a hacer, desalentando la emoción de la historia ya relatada por ella. No es de espantarse, ni es de novedad lo que llegó a contar esa mujer, sino que lo que le daba la magia era la forma en que lo hacía, en que se sorprendía, en que ella misma se atemorizaba de lo que había consumado anteriormente. Por poco y repruebo con ella, irme a su final hubiera resultado complicado y algo tedioso, ya que no había ido a su última obra de teatro, como consecuencia tenía que realizar un examen el cual era complicado, bueno no, el caso es que ni idea tenía de que se tenía que hacer examen, así que no sabía nada; nunca olvidaré que al ver las preguntas noté que no sabía nada, aturdida decidí entregar el examen, para que le hacía al juego, todavía recuerdo que dijo: "¿Así en blanco? El final viene muy díficil", a lo que contesté "Nada en la vida es fácil", saliendo de volada del salón, temiendo que iba irme al final. Tanto era despistada aquella mujer y tenía la cabeza en otro mundo, que en la clase siguiente que dio calificaciones resultó que yo tenía 9, sin decir nada firmé y me hice pendeja, a varios amigos los reprobó, esa vez tuve suerte. Salí del ciclo escolar y nadie volvió a saber de ella, la mujer que editaba su propio libro hasta con imágenes chistosas haciéndolo comprar.

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