En otro plano.

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Me encontraba en una casa antigua, oscura, muy grande, la cual despedía una vibra de miedo y desilución, este lugar tenía muchos pisos y puertas, las escaleras eran de caracol. Habíamos ido en grupo a limpiar, para eso nos habían contratado, cuando llegué al piso que tenía que llegar, al momento que me encontraba frente a la puerta, no abrí, porque escuché ruidos y tuve una visión muy fea de lo que había allí adentro. de pronto, caí en cuenta que la que me nos había contratado era una bruja negra y por eso estábamos en dicho lugar y para ella era normal, decidí escapar, cuando se encontraban en otra parte de la casona, yo bajé rápida y sigilosamente las escaleras, abrí la puerta como pude y salí. En la otra calle, estaba un grupo de personas, eran luchadores de lucha olímpica, algo me daba la impresión de que conocían a la bruja de oscuridad, intenté pasar por desapercibida y comencé a volar, me alejé lo más que pude, hasta que llegué a una azotea. Estando allí, llegó uno de los luchadores, me confesó y mostró que era vampiro, me dijo que yo también lo era porque podía volar, revisé mis dientes, tenía colmillos afilados, no lo podía creer porque yo soy vegana, le comenté. Decidí ser amigable y hacerle la plática, porque de otra manera siendo vampiro y luchador, me habría dejado fuera de combate. Nos despedimos y volé hasta llegar a un desierto. El lugar era soleado, árido, colorido, de pronto me interceptó una mujer, que me dijo que si yo había tenido contacto con el luchador, yo lo negué para evitar problemas, además que ni lo conocía, ella me comenzó a hacer preguntas acerca de mi vampirismo y le conté lo poco que sabía sobre ello, luego sentí algo raro en la espalda, tenía como un símbolo que se marcaba en carne viva iluminada, no dolía, ni se veía con la ropa puesta, a menos que se descubriera. La chica me comentó que tenía que visitar a una vampiresa para que me quitara ese símbolo, tal y como lo había hecho con ella en su momento, me recomendó ser amable con la señora y que no me desesperara con lo que pudiera decir o preguntar. Yo percibía desconfianza en sus palabras y persona, algo me decía que ella nunca había tenido nada marcado y que quería que fuera con la vampiresa para tenderme una trampa y obtener información o algo de ello. Me despedí y seguí mi camino. Al final terminé encontrándome con otra vampira, la cual me ofreció mosh y me dijo que la espurgara, que rellenara la pipa.

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